Introducción
Si la caracterización faunística de las zonas áridas
ibéricas referida a las comunidades de artrópodos puede considerarse
como "desoladora" (SUÁREZ et al., 1992), no lo es menos
el grado de nuestro conocimiento de las estepas del Valle del Ebro en general
y de su parte más árida, Los Monegros, en particular.
Desde las recolecciones de Longinos Navás S.J. a principios de
siglo en los alrededores de Zaragoza (ver BASTERO (1989) para un apunte
histórico de su labor científica), la fauna entomológica
de Los Monegros había permanecido hasta la fecha sin ser estudiada
de forma sistemática. Aparte de un estudio de urgencia de la Laguna
de Sariñena preveyendo su entonces posible desecación (PEDROCCHI,
1986) y que abarca varios Ordenes de invertebrados, existen únicamente
algunos trabajos sobre Quilópodos (SERRA, 1978), Carábidos
(VIVES & VIVES, 1978) y crustáceos acuáticos (BREHM &
MARGALEF, 1948; COMÍN & SANZ, 1988) referidos únicamente
a las saladas monegrinas y su orla de vegetación halófila.
Otros autores colectan en manchas de sabinar monegrino dentro de estudios
generales de fauna asociada a Juniperus thurifera L. y para Tisanópteros
(BERZOSA & MAROTO, 1986) y Acaros Oribátidos (ARRIBAS et al.,
1984; SUBÍAS & RODRÍGUEZ, 1986; 1987; 1988). Se describen
así Pryonocypris aragonica (Brehm & Margalef, 1948) (Crustacea,
Ostracoda) (especie endémica de las saladas de Los Monegros) y Oxyoppia
intermedia Subías & Rodríguez, 1986 (Acari, Oribatida).
Finalmente PÉREZ-IÑIGO Jr. (1991) colecta Oribátidos
en los Monegros oscenses describiendo dos nuevas especies (Cosmochthonius
monegrensis y Metabelbella janae), PARDO et al. (1990) publican
sobre Ortópteros y los Macrolepidópteros (sin duda el grupo
mejor conocido) son inventariados por REDONDO (1986a, 1986b, 1986c).
Es ante esta escasez de datos, y frente a las amenazas al medio natural
monegrino producido por cambios en el uso del suelo (PEDROCCHI, 1988; PEDROCCHI
& SANZ, 1991), por lo que desde el año 1989 se ha venido muestreando
intensivamente la entomofauna de un paraje representativo de la vegetación
gipsófila de Los Monegros con el fin de evaluar sus valores naturales
y científicos. Es en este contexto en el que se enmarca el presente
trabajo.
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